La crisis climática en África

Una charla del seminario web de RC “La crisis climática en África”, en abril del 2023

Bienvenida. Nuestras sociedades utilizan la opresión para perpetuarse. Necesitamos acabar con toda opresión para liberar a los seres humanos de la irracionalidad y acabar así con la amenaza a nuestro clima.

EL CONTINENTE AFRICANO Y SUS RECURSOS NATURALES

El continente africano tiene cincuenta y cinco países (según la Unión Africana). Tenemos culturas y pueblos diversos. Algo que tenemos en común es que hemos tenido que reconstruir nuestras vidas tras siglos de explotación y opresión.

África alberga cerca del treinta por ciento de las reservas minerales del mundo, el ocho por ciento del gas natural y el doce por ciento de las reservas de petróleo. El continente posee el cuarenta por ciento del oro mundial y hasta el noventa por ciento del cromo y el platino. Las mayores reservas de cobalto, diamantes, platino y uranio del mundo están en África. África posee el sesenta y cinco por ciento de la tierra cultivable del mundo y el diez por ciento de su agua dulce renovable interna.

UNA HISTORIA DE RACISMO Y COLONIALISMO

En la Conferencia de Berlín de 1884-1885, doce hombres europeos, un estadounidense y un hombre del Imperio Otomano se reunieron para repartirse África y sus recursos.

África no es pobre. Ha sido explotada durante siglos. La mayor parte de esta historia está oculta al mundo, y la mayoría de la gente ha recibido una información sesgada.

El racismo y el colonialismo han separado a la población africana y han permitido que continúe la opresión. La mayor parte del mundo lo ignora.

Una mentira constante durante la colonización era que las africanas y los africanos éramos salvajes primitivos, menos inteligentes que las personas europeas y necesitábamos ser rescatadas, que no debíamos ser vistos como seres humanos ni se debía respetar nuestra existencia. Esta narrativa ha persistido hasta nuestros días.

La gente africana ha soportado siglos de comentarios opresivos sobre nuestras culturas, comidas, lenguas y formas de vida. Esta opresión continúa y afecta a la capacidad de la gente para escucharnos a nosotras, la gente africana.

Entre 1501 y 1867, casi trece millones de personas africanas fueron secuestradas, esclavizadas y traficadas a través del Océano Atlántico hacia las colonias británicas, francesas y españolas que más tarde conformarían Estados Unidos. Las comunidades costeras de Estados Unidos quedaron marcadas de forma permanente por el tráfico de personas africanas, y las economías locales se construyeron en torno a la esclavitud de la población de la Mayoría Global.

La trata transatlántica de esclavas y esclavos enriqueció a muchas personas de raza blanca y generó el capital necesario para construir algunas de las ciudades más grandes y las empresas más prósperas de Estados Unidos. Muchas familias, empresas e instituciones siguen beneficiándose de la enorme riqueza producida por la esclavitud. Mientras tanto, las personas de ascendencia africana de estos países siguen luchando contra el legado de desigualdad e injusticia en todos los ámbitos de su vida. Pocas personas han reconocido o afrontado honestamente esta historia.

La esclavitud y el colonialismo sentaron las bases de los conflictos post-coloniales en África.

La colonización de África tuvo lugar entre 1800 y la década de 1960. Nuestros antepasados lucharon, y muchos murieron, por la independencia. Hubo brutalidad extrema e intentos de genocidio. Por ejemplo: De 1885 a 1906, el rey Leopoldo II de Bélgica gobernó el Congo como su colonia privada. A los que no cumplían su cuota de trabajo les cortaban las manos o los miembros. Durante los primeros veintitrés años de dominio belga, más de diez millones de nativos del Congo fueron asesinados.

El gobierno británico torturó y asesinó a la población keniana que luchó por su independencia durante el levantamiento de 1952 a 1960. Los enviaron a campos de prisioneros y los torturaron y asesinaron. Estas injusticias se ocultaron al pueblo británico.

EL NEOCOLONIALISMO Y SUS POLÍTICAS DESTRUCTIVAS

Tras la independencia, el neocolonialismo tomó el relevo y las injusticias estructurales se mantuvieron. El racismo, el sexismo, el colonialismo, la crisis climática y muchas otras injusticias se incrustaron en las estructuras sociales, políticas y económicas, convirtiendo cada ámbito de la vida en una lucha.

El neocolonialismo puede definirse como “la supervivencia deliberada y continuada del sistema colonial en países independientes, convirtiendo a estos países en víctimas de formas de dominación políticas, mentales, económicas, sociales, militares y técnicas”. Esto se lleva a cabo a través de medios indirectos y sutiles que no siempre incluyen la violencia física.

África se ha convertido en una “zona de sacrificio” medioambiental.

En 2019, las empresas exportadoras norteamericanas enviaron más de mil millones de libras de residuos plásticos a noventa y seis países (entre ellos Kenia), para ser “reciclados.” Gran parte de los residuos, que a menudo contienen los plásticos más difíciles de reciclar, acaban en ríos y océanos africanos.

Existe una correlación entre dónde se encuentran los recursos africanos y dónde se ubican las bases militares extranjeras.

Rara vez es seguro oponerse a las políticas destructivas. Los líderes africanos que se han levantado contra el neocolonialismo han sido asesinados. Patrice Lumumba se convirtió en primer ministro a la edad de treinta y cuatro años y dirigió el gabinete de la recién independizada República Democrática del Congo. Fue torturado, asesinado a tiros y su cuerpo disuelto en ácido. En junio de 2022, Bélgica entregó los últimos restos de Lumumba a su patria, más de sesenta y un años después de su asesinato. Muchos activistas temen por sus vidas y las de sus familias.

LAS INJUSTICIAS A LAS QUE SE ENFRENTAN HOY LA POBLACIÓN AFRICANA

Después de saquear países y sabotear gobiernos, los imperialistas se posicionan como prestamistas. Estos financieros han causado estragos en las economías africanas. Los acuerdos de préstamo contienen “reformas estructurales” que atrapan a la gente en un ciclo de pobreza: pretenden promover la autosostenibilidad, pero en su lugar aumentan el desempleo y el coste de los servicios básicos.

Los prestamistas mundiales presionaron para que se privatizaran los bienes y servicios públicos en Ghana. Entre ellos, el agua. Entonces, el agua potable sólo estaba disponible para las comunidades que podían pagarla. Los que no podían pagar se vieron obligados a recurrir a fuentes inseguras como ríos y estanques, con drásticas consecuencias para la salud.

Hay muchos más ejemplos de desestabilización deliberada del continente, y del racismo y los estereotipos que trasladan la culpa al continente africano y a sus gentes.

Un estereotipo es que “la gente de África lucha o está siempre en guerra”. Sin embargo, si se hace una búsqueda en Internet sobre donaciones de armas a África, algunos de los titulares que aparecen son los siguientes: “EE.UU. dona nueve millones de dólares en armas”. “EE.UU. dona más de sesenta toneladas de armamento a Somalia”.

En algún momento de nuestras vidas, nosotros las personas nativas africanas nos damos cuenta de que no tuvimos la oportunidad de una vida en la que no estuviéramos luchando por nuestra vida o recuperándonos de la última vez que tuvimos que luchar. Nunca tuvimos la oportunidad de simplemente, existir.

Los anteriores son algunos de los retos a los que se enfrenta la población africana antes incluso de considerar la crisis climática.

La emergencia climática es un “multiplicador de amenazas” para las comunidades que siguen luchando contra todas las injusticias mencionadas.

LA EMERGENCIA CLIMÁTICA EN ÁFRICA

África se enfrenta a lo siguiente

  • El vertido de residuos tóxicos procedentes del Norte Global y la explotación minera de nuestros recursos naturales están envenenando nuestra tierra y nuestra agua.
  • África representa la parte más pequeña de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, con sólo el 3,8%, pero es uno de los continentes más vulnerables del mundo al cambio climático, según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC)
  • Según el informe de las Naciones Unidas, para 2030 se espera que entre 108 y 116 millones de personas en África estén expuestas al riesgo de la subida del nivel del mar.
  • En los últimos cincuenta años, los peligros relacionados con la sequía se han cobrado la vida de más de medio millón de personas y han provocado setenta mil millones de dólares en pérdidas económicas regionales
  • El análisis de Carbon Brief de los registros de catástrofes revela que los fenómenos meteorológicos extremos en África desde principios de 2022 han causado la muerte de al menos cuatro mil personas y han afectado a diecinueve millones más.
  • Más de seiscientas personas han muerto en las peores inundaciones de Nigeria en una década.
  • Las tormentas tropicales en el sur de África desplazaron a medio millón de personas en sólo tres meses en 2022.
  • Las temperaturas alcanzaron los 48ºC en Túnez en julio, provocando incendios forestales extremos.
  • Casi dos millones de personas se vieron afectadas por inundaciones en Chad en agosto y octubre de 2022.
  • Casi 250 millones de personas en África sufrirán escasez de agua en 2025.
  • Ochenta y seis millones de habitantes de África podrían verse obligados a abandonar sus hogares en 2050.

LO QUE PODEMOS HACER Y RECORDAR

Las personas nativas africanas debemos recordar nuestra bondad inherente y, al mismo tiempo, reconocer cómo nos han separado y llevado a creer e interiorizar los mensajes racistas. Estamos asumiendo el liderazgo y compartiendo información sobre la opresión y la explotación de nuestro continente, y su relación con la crisis climática. Estamos presentes con fuerza en los lugares donde se negocia nuestro futuro. Estamos liderando iniciativas, como la reforestación, y abogando por buenas políticas en nuestros países. En la Comunidad de RC, dirigimos grupos de apoyo, seminarios web y talleres sobre la crisis climática.

Qué pueden hacer las personas aliadas de la población africana:

Podemos construir nuestras relaciones con franqueza y honestidad. Tenemos que celebrar sesiones honestas sobre el racismo contra África y sus pueblos: ¿Qué has oído, visto, dicho o hecho sobre África y las personas nativas africanas?

Podemos seguir tendiéndonos la mano entre nosotras, más allá de las divisiones. Parte de ello consiste en mostrarnos plenamente, tal como somos. ¿Qué se siente al hacer esto, al estar aquí? ¿Cómo sería un mundo que respetara la dignidad de los pueblos africanos? ¿Qué nos impide tratar a la gente africana con la que nos relacionamos como a nuestros iguales?

Podemos mostrar abiertamente nuestras luchas porque se interponen en nuestro trabajo conjunto. Los patrones de angustia basados en la opresión histórica no pueden formar parte de nuestras relaciones.

Podemos seguir trabajando contra el racismo y aprendiendo sobre la historia de nuestros países en relación con el colonialismo y el imperialismo, y desahogar las acciones que nos gustaría emprender a partir de lo que aprendemos.

Tenemos una gran tarea: trabajar conjuntamente para detener la crisis climática. Para ello es necesario que acabemos con la opresión.

“WK

África

Título original del artículo:
“The Climate Crisis in Africa”

   Publicado en Present Time Nº 213, octubre del 2023

  Traducción: Fermín Porras en Euskal Herria 

 


Last modified: 2024-03-06 23:29:20+00